Si usted es padre o madre, conoce el desafío que significan las noches con niños: lograr que sus hijos se acuesten y no den demasiada guerra. No es fácil, pero es una de las cosas más importantes que puedes hacer por ellos.
Cuando los niños no duermen lo suficiente, les cuesta más controlar sus emociones. Pueden ser irritables o hiperactivos, lo cual no es divertido para nadie. Los niños que siempre se ven privados de sueño son más propensos a tener problemas de comportamiento, problemas para prestar atención y aprender, y tener sobrepeso. Así que aunque no es fácil, es importante hacer todo lo posible para ayudar a tu hijo a dormir todo lo que necesita.
Los horarios regulares y los rituales a la hora de acostarse juegan un papel importante en ayudar a los niños a dormir profundamente y funcionar al máximo. Cuando usted establece y mantiene buenos hábitos de sueño, ayuda a que su hijo se duerma, permanezca dormido y despierto descansado y fresco. También pueden ayudar a eliminar el estrés en la hora de acostarse.
No hay reglas difíciles y rápidas para definir una hora de acostarse, y cada niño es diferente. Lo importante es construir una rutina que funcione para su familia y mantenerla. Aquí hay nueve maneras de comenzar.
9 maneras de conseguir que los niños descansen bien
1. Haga del sueño una prioridad familiar.
Establezca horarios regulares para toda la familia para ir a la cama y despertarse y asegúrese de seguirlos, incluso los fines de semana. Se puede notar que los niños duermen lo suficiente cuando se quedan dormidos entre 15 y 30 minutos después de acostarse, se despiertan fácilmente por la mañana y no se duermen durante el día.
2. Tratar con problemas de sueño.
Los signos de dificultades para dormir incluyen dificultad para conciliar el sueño, despertarse por la noche, ronquidos, estancamiento y resistencia a acostarse, dificultad para respirar durante el sueño y respiración fuerte o pesada mientras duerme. Usted también podría notar problemas en el comportamiento durante el día. Si su hijo parece cansado, somnoliento o irritable durante el día, dígaselo a su médico.
3. Trabajar en equipo.
Es importante comentar y acordar de antemano una estrategia de descanso para su hijo con su cónyuge o pareja y trabajar juntos como un equipo para llevarlo a cabo de manera consistente. De lo contrario, no puede esperar que su hijo aprenda o cambie su comportamiento.
Si usted está comenzando una nueva rutina de sueño para su hijo, hágale parte del equipo explicándole el nuevo plan en el caso de que sea lo suficientemente mayor como para entenderlo. Para un niño pequeño, trate de usar una gráfica para ayudar a su hijo a aprender la nueva rutina, mostrando acciones como cambiarse de ropa, cepillarse los dientes y leer un libro.
4. Rutina, rutina, rutina.
A los niños les encanta, prosperan con él y funciona. Un estudio encontró que una rutina nocturna consistente mejoró el sueño en niños que tenían problemas de sueño leves a moderados. Le ayuda a su hijo a aprender a tener sueño, al igual que leer en la cama a menudo hace que los adultos duerman. También puede hacer que la hora de acostarse sea un momento especial. Eso ayudará a su hijo a asociar el dormitorio con buenos sentimientos y le dará una sensación de seguridad y control. No hay una sola rutina que sea adecuada para todos, pero en general, la suya debe incluir todas las cosas que su hijo necesita hacer antes de irse a dormir, incluyendo cepillarse los dientes, lavarse los dientes, ponerse los pijamas, y tomar un refrigerio o beber agua. Es posible que su hijo quiera leer un libro con usted, hablar sobre el día u oír un cuento. Sea lo que sea que usted decida hacer, mantenga la rutina corta (30 minutos o menos, sin incluir un baño) y sea firme en terminarla cuando llegue el momento de dormir.
5. Comer un poco para dormir.
Es posible que los niños necesiten más de tres comidas al día para mantenerlos activos, por lo que un pequeño refrigerio antes de acostarse puede ayudar a que sus cuerpos permanezcan alimentados durante la noche. Las opciones saludables incluyen cereal integral con leche, galletas graham o un pedazo de fruta. Evite los refrigerios grandes demasiado cerca de la hora del descanso, especialmente con los niños mayores, porque un estómago lleno puede interferir con el sueño.
6. Vestido y temperatura ambiente.
Todos duermen mejor en una habitación fresca pero no fría. Una regla general es vestir a su hijo básicamente como usted se viste, teniendo en cuenta que los niños muy pequeños a menudo se quitan las mantas por la noche y no pueden cubrirse a sí mismos.
7. Entorno de sueño.
Asegúrese de que el dormitorio sea oscuro y tranquilo y el nivel de ruido en la casa sea bajo. Si a su hijo no le gusta una habitación totalmente oscura, encienda una pequeña luz nocturna o deje la luz del pasillo encendida y la puerta del dormitorio abierta.
8. Objeto de seguridad.
La hora de dormir significa separación, y eso puede ser más fácil para los niños con un objeto personal, como una muñeca, un oso de peluche o una manta. Puede proporcionar una sensación de seguridad y control que consuela y tranquiliza a su hijo antes de que se duerma.
9. Una última cosa.
Los niños siempre pedirán durante la noche alguna que otra cosa más: abrazos, un poco de agua, un viaje al baño, un rato más para leer su libro. Haga su mejor esfuerzo para evitar estas peticiones haciéndolas parte de la rutina antes de acostarse. Y dígale a su hijo que una vez que esté en la cama, tiene que quedarse en la cama.
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